Una limpieza dental profesional es un servicio que te ofrecen todas las clínicas odontológicas que han demostrado una trayectoria solvente. Está claro que pasar por ella conlleva beneficios para tu dentadura, pero ¿cuáles son exactamente?
Como mucha gente sigue manifestando dudas acerca de la limpieza bucal, te ofrecemos una información acerca de sus pormenores, que te va a venir bien cuando te plantees someterte a este tratamiento.
En primer lugar, te recordamos que la limpieza dental solo la pueden realizar dentistas colegiados o los/as higienistas dentales. Se trata de un tratamiento especializado y para cuya aplicación se requiere un instrumental y unos conocimientos concretos.
A grandes rasgos, los profesionales especializados en nuestra clínica emplean unos instrumentos de ultrasonidos que hacen que se desprenda la placa bacteriana o el biofilm oral que se ha acumulado en los dientes y las encías. Un chorro que mezcla bicarbonato y agua a presión servirá para eliminar esas manchas que afean tu dentadura.
Y, por último, haremos uso de un dentífrico específico, el cual vale para pulir las piezas dentales.
Pero aún no te hemos contado todos los datos que te interesan sobre la limpieza dental. Sigue leyendo.
Recuerda que la placa siempre está en constante formación en nuestra boca, ya que las bacterias acceden a ella con naturalidad, lo cual resulta inevitable. Es importante evitar el endurecimiento de las colonias de bacterias, que se produce cuando se forma el sarro. Ten en cuenta que retirar el sarro va a ser más complicado que acabar con el biofilm oral.
Por tanto, te has de adelantar a estos inconvenientes siguiendo una estricta higiene bucodental. Por eso no basta con cepillarte tres veces al día, sino que necesitarás el complemento de una limpieza dental periódica. Si pones remedio a la formación de la placa y del sarro, no tendrás que preocuparte por los dañinos efectos de las caries y enfermedades de las encías, como la gingivitis y la periodontitis.
Aparte, te confirmamos que las limpiezas dentales no desgastan el esmalte de tus dientes, por lo que no has de tenerles ningún miedo.
Nunca es un mal momento para someterse a una de ellas, pero dos al año es una buena cifra. Así que te recomendamos que te hagan una cada seis meses, puesto que supondrá una ayuda básica de cara a la prevención de las enfermedades bucodentales.
Asimismo, los especialistas que lleven a cabo las limpiezas aprovecharán para repasar el estado general de la salud de tu boca mediante revisiones a fondo de los problemas de salud dental principales. Acuérdate de que, por ejemplo, el sarro no solo está relacionado con el edentulismo, sino que también puede asociarse a enfermedades como las cardiovasculares y la diabetes.
El procedimiento de estas limpiezas es indoloro, aunque quienes tienen sensibilidad dental pueden notar algunas molestias mínimas.
En definitiva, opta por la limpieza dental profesional y tendrás siempre la seguridad de que los problemas de tu dentadura estarán bajo control.
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